Hace un tiempo comenzamos una serie de post sobre los chakras. Llegamos ya al cuarto chakra, el chakra del corazón.
Este chakra tiene una importancia especial, porque es el que actúa como puente entre los chakras inferiores (más de tierra) y los superiores (más sutiles).
Tiene sentido que sea ese puente, porque todo pasa por el corazón. Si queremos que nuestra vida sea auténtica y tenga sentido, debemos pensar, sentir y actuar desde el corazón. Y eso no tiene nada que ver con una idea romántica o sentimental.
El corazón posee 40.000 neuronas. Aunque son pocas en comparación con las que tenemos en el cerebro, son suficientes para que nuestro corazón pueda enviar señales neuronales al cerebro. Las neuronas del corazón tienen memoria, aprenden, perciben y recuerdan. Si lo escuchamos y actuamos en coherencia con él, nuestras decisiones serán más acertadas y nos sentiremos en armonía interna.
Podemos sincronizar nuestro corazón con nuestro cerebro para que sientan y actúen en coherencia.
Para calmar nuestras emociones y ese torbellino que a veces se desencadena en nuestro pecho, podemos poner nuestras manos sobre él y respirar de forma consciente llevando nuestra atención a la respiración y las sensaciones físicas. Si eres reikista puedes poner una mano en el corazón y otra en la frente (tercer ojo) para sincronizar corazón y mente/intuición.
Jasone Sánchez
Profesora de Gemoterapia, meditación y Reiki en Amaris Natural