Técnica de Alineación Emocional. ¿Qué es el TAE?
TAE son las siglas de Técnica de Alineación Emocional, Terapia en la que aplicando aceites esenciales en unos puntos determinados se consigue la liberación emocional. Soy la creadora de esta terapia.
A mis 19 años empecé a trabajar en la consulta de un médico homeópata, que había llevado a mi familia desde que yo era niña.
Solo tenia que informatizar la consulta, pero algo vio en mi y animada por mis padres empecé a estudiar, primeramente kinesiología holística y cromoterapia. Me hice un hueco como terapeuta en su consulta, tratando las emociones con cromoterapia, creo que ahí fue el inicio de mi despertar.
Aprendí muchísimo de su mano, y deseaba con tanta fuerza estar a la altura de lo que exigía mi trabajo que me volqué en estudiar: Naturopatia, hipnosis, un año de psicología, dietética y nutrición, quiromasaje, aromaterapia, anatheoresis, Flores de Bach, técnicas liberación emocional, entre otras. En mi interior sentía que me faltaba una pieza. Nunca imaginé que encontraría esa piea perdida en mi interior, no en el exterior.
La aromaterapia se convirtió en una de mis herramientas más utilizadas en consulta, junto con las flores de Bach. Cada vez tenia más pacientes que venían por problemas emocionales, tanto adultos como niños, y poco a poco fui desarrollando un método propio de trabajo.
Es inimaginable como solo una gota de aceite esencial en el lugar apropiado, en el momento preciso, puede ser el detonante de la liberación una emoción dormida. Como un rayo al que le sigue un relámpago lleno de luz, puedes llegar a cambiar tu estado emocional, procesar, integrar y equilibrarlo en pocos minutos.
Parece sorprendente, pero desde los años de experiencia puedo afirmar que es real.
Los pacientes describen la terapia como un punto de inflexión. La liberación les da la sensación física de haber perdido peso, de haber dejado un lastre que arrastraban desde hacía mucho tiempo. En ocasiones incluso años.
Me encontré con el TAE por casualidad, dando una charla sobre los centros energéticos (chakras). Puedo decir que él me encontró a mi. Quise poner un ejemplo con una de las personas asistentes, en la cual le apliqué aceite de lavanda en un punto determinado, sin conocer conscientemente el motivo que me llevó a tomar la decisión con tanta seguridad. Fue como si mi interior supiera exactamente que estaba haciendo. La persona rompió en llanto. Nos quedamos solas y empezó el TAE. Fue mi primera paciente, hace ya 15 años, la primera de cientos. Con esa primera experiencia empecé a desarrollar paso a paso, y hacer los protocolos de trabajo que iban cogiendo forma y sentido. En mi interior había unificado e integrado una forma propia de hacer que nacía de todos los estudios, pacientes y experiencias en consulta en el tratamiento emocional.
Pero ¿en que consiste?
Pensamos con la cabeza, pero sentimos nuestras emociones en el cuerpo, muchas veces como un gran ovillo indescriptible que se entrelaza de forma atemporal. Cuando pensamos en alguna situación del pasado que nos dañó puede que se despierte la sensación de nuevo en nuestro cuerpo: un nudo en la garganta, una sensación de vértigo en el estómago, un escalofrío interior que inicialmente parece que se expande para contraerse de repente en un pellizco casi doloroso, una presión en el pecho como si el aire hubiera cambiado de densidad…
Esa sensación física puede estar más o menos tiempo presente. A veces, con suerte, dejamos de pensar o de hablar de la situación y conseguimos enterrarla de nuevo en la profundidad de ese espacio en nuestra existencia donde guardamos lo que deseamos ignorar.
Si al pensar o hablar de alguna situación de tu pasado es suficiente para que tu campo emocional se active… lo siento, no estas consiguiendo tu objetivo: huir de tu pasado. Por lo que en un momento u otro tendrás que enfrentarte a él. Es poco común que una persona quiera hacerlo de entrada, a no ser que aparezca “un eco”.
En ocasiones vienen pacientes a mi consulta en la que me explican lo que les esta pasando, y que lo que sienten no corresponde con su vida actual. Es decir, la magnitud de la reacción emocional o la reacción misma, no corresponde con lo que están viviendo. Cuando empezamos a seguir el hilo emocional me doy cuenta que aquello que está sintiendo en el momento actual es una emoción reiterativa de algo más importante de su pasado. Su parte inconsciente no puede esconder más aquella emoción que había quedado enterrada, y se reactiva ante situaciones en las que no corresponde. He llamado a este hecho “el eco”. (La mujer que después de separarse de una pareja que la maltrataba sigue reaccionando con miedo con una pareja que jamás le ha dañado, una infidelidad y desconfianza cuando nunca le ha sido infiel la nueva pareja…)
Lo sorprendente es que una misma persona puede tener varios ecos de la misma situación de origen. Con el TAE no debemos tratarlos todos, basta con ir al que originó la honda temporal y, si liberamos el primero, se liberan los siguientes como un dominó. Para ello, debemos llegar al perdón y al beneficio de lo vivido. No siempre es fácil, pero lograrlo puede cambiar tu vida.
Personas con miedo, que dejan de tenerlo en una sola sesión, ansiedad que desaparece, valor para la toma de decisiones, romper con una vida que no quieres, hablar con normalidad de situaciones que antes de la terapia eran impronunciables (bien por la reacción interno o porque entrar en llanto)… Son algunos de los muchos de ejemplos.
Entrando en el “matrix”
Una de las ventajas de la terapia es que entramos en el “matrix” de una forma rápida. El “matrix” es el nombre que le he dado a lo que conozco como “espacio no tiempo”. Es decir, ese espacio que se consigue en la relajación, que nos permite ir a cualquier momento de la vida del paciente. Para la mente y el campo emocional no existe el tiempo, por lo que podemos viajar en él para localizar donde se inicia el eco, solamente tirando del recuerdo. Este puede ser un recuerdo autentico o bien sea una sensación emocional la cual reseguimos hasta que aparece el recuerdo vinculado a ella. Este último tipo de recuerdos es comparable al estar a oscuras en una habitación desconocida y encender la luz. Cuando tus ojos se acostumbras a ella se dibujan todos los objetos de tu alrededor y puedes describir la vivencia.
A veces me preguntan: ¿Cómo se que es real?
La verdad es que no importa si es totalmente cierto o no, al fin y al cabo, en todo recuerdo solo hay una pequeña parte de realidad. El resto es imaginación. Una misma escena vivida por dos personas aporta experiencias completamente distintas. Uno de los motivos es la experiencia emocional del relato.
Yo únicamente me centro en la emoción, como vivió y marcó al paciente esa experiencia y como puedo ayudarle con el TAE a liberarla y, sobre todo, llegar al perdón.
Cuando descubrí la terapia regresiva me pareció fascinante. Con 19 años entré de lleno en el mundo de la Anatheoresis, hipnosis, Hemy Sinc, leía a Jung, y buscaba en mis sueños las respuestas a muchas preguntas. Siempre he sentido que nuestra existencia solo es la punta visible de un iceberg, debajo de la cual se esconde un mundo lleno de incógnitas.
El Tae me ha permitido reducir los tiempos necesarios para entrar en ese estado necesario para despertar los recuerdos requeridos por la terapia regresiva y que el paciente pueda aprovechar mucho más las sesiones, liberar de forma más rápida y efectiva, sintiendo que su vida emocional cambia.