Llegué a los 40, y ¿ahora qué?
Cuando era una niña, no podía imaginarme cómo sería siendo una “persona mayor”, quizá por creer que no podría ser muy distinta a la niña que estaba siendo.
Mis hermanas me decían: ¿te imaginas cuando te digan Sra Marisa?!. Yo respondía a esa pregunta con una ruidosa carcajada…que gracioso se escuchaba!. ¿Sra yo? nooo. Las mujeres de esa edad eran serias, siempre estaban apuradas haciendo muchas cosas a la vez, les gustaba tener todo ordenado, y controlado, en ocasiones se enojaban si algo les salía mal, también se entristecían con facilidad. Pero no sabía porqué?, las señoras tenían que ocultar tanto su enojo, como su tristeza.
Los ciclos biológicos, los cambios hormonales, los sentimientos y las emociones, los ritos de paso a la maternidad, y en todo momento el acompañamiento de los contratos sociales y las lealtades familiares, me condujeron a ser una mujer adulta. Que no era nada distinta a la observación que había hecho de niña.
A punto de entrar en el climaterio, manejaba como una gran equilibrista mis prisas, el estar para todos, y la culpa, también había aprendido muy bien a ocultar mis enojos y tristezas. Me había recibido de “señora”...y como si mi niña viniese del pasado y quisiera hacer una travesura; puse mi vida patas para arriba. Marisa enloqueció decían. Yo, había iniciado una búsqueda ¿adivinen de quién?
Como terapeuta te puedo contar que: trabajé con tantas mujeres que al igual que yo buscaron el cambio. Trabajé con otras que se aferraron con uñas y dientes a mantener todo en su lugar.
Entendí que el proceso del climaterio no es para ninguna de nosotras, un proceso que pasa desapercibido, solo que cada una tiene su tiempo y ritmo, cada una tiene su recorrido, cada una tiene sus ogros y gigantes por vencer. para encontrarse al fin con ella misma.
Me gusta decir que hoy, estoy siendo más parecida a la niña que fui.
Si hoy estás viviendo tu climaterio te invito al encuentro: Soy +40, ahora mi tiempo es mío, para que podamos juntas acompañarnos en este recorrido.
Me va a encantar verte ahí!!
Un beso. Marisa