Legionelosis
Síntomas, Par Biomagnético y Prevención.
29 julio, 2024 por
Pilar González
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¿Sabes qué es la Legionelosis?

La “legionelosis” es una enfermedad causada por la bacteria Legionella.

Adquirió su nombre a raíz de una epidemia en Filadelfia en 1976, donde participantes de una convención de la Legión Americana se vieron afectados, llevando a la identificación de la bacteria como Legionella pneumophila. Aunque la bacteria fue identificada por primera vez en 1976, se sabía de casos confirmados desde 1947.

La infección por legionella puede presentar síntomas similares a las de otras enfermedades respiratorias, como la gripe o distintos tipos de neumonía bacteriana. 


Legionella y Legionelosis: 

Las personas que se enferman después de la exposición a esta bacteria, pueden presentar dos enfermedades diferentes, que en conjunto se conocen como legionelosis: la enfermedad del legionario y la fiebre de Pontiac.


1. Enfermedad del legionario: 

Los síntomas pueden incluir fiebre alta, tos, dificultad para respirar, dolores musculares, dolor de cabeza, mareo e incluso puede derivar en complicaciones graves como insuficiencia respiratoria. 

La enfermedad del legionario también se puede asociar a otros síntomas, como diarrea, náuseas y confusión. Los síntomas generalmente aparecen entre 2 y 14 días después de la exposición a la bacteria, pero podrían tardar más tiempo. La enfermedad del legionario provoca síntomas similares a los de otros tipos de neumonía y con frecuencia, estas enfermedades se ven similares en las radiografías de tórax. 

2. Fiebre de Pontiac

Es una forma más leve de la legionelosis y se presenta como una fiebre aguda sin afectación pulmonar. Los síntomas comienzan entre unas pocas horas a 3 días después de la exposición a la bacteria y generalmente duran 1 semana; suelen ser fiebre alta, escalofríos, dolores musculares, fatiga, pero en general no involucran problemas respiratorios como en la enfermedad del legionario. Así, la fiebre de Pontiac es diferente de la enfermedad del legionario porque las personas con esta fiebre no tienen neumonía.


¿Dónde puede proliferar esta bacteria y cómo se transmite?

La Legionella prospera en aguas estancadas y tibias, donde se reproduce rápidamente si no se controla adecuadamente. Esta bacteria se transmite principalmente a través de la inhalación de pequeñas gotas de agua contaminada, lo que puede ocurrir al ducharse, en jacuzzis y spas, fuentes decorativas, nebulizadores y micro aspersores en terrazas o al estar expuesto al aire de sistemas de refrigeración y calefacción de grandes edificios como hospitales y hoteles que pudieran estar contaminados. 

La Legionella se considera una infección nosocomial, es decir, que se puede adquirir en centros sanitarios, ya que puede ser contagiada accidentalmente al realizar procedimientos médicos como la broncoscopia, además de en sí, el riesgo de contraerla durante la estancia hospitalaria.


Legionella y Par Biomagnético: 

Desde el enfoque del Par Biomagnético, encontrar la distorsión relacionada a esta bacteria es bastante habitual. Los síntomas suelen presentarse a nivel de las vías aéreas, provocando habitualmente una tos seca que no termina de desaparecer y molestias en la zona dorsal, además de fatiga…y es que todos estamos muy expuestos a aires acondicionados y calefacciones en ambientes cerrados y a veces demasiado cargados. Es muy frecuente encontrar este par en personas que trabajan en superficies con cámaras frigoríficas en el sector suministros de alimentación. 

El par biomagnético más común que se relaciona con la bacteria Legionella es el par dorsal 2- dorsal 2, donde situaremos el imán negativo en la columna vertebral a la altura de los hombros, en la dorsal 2, y el imán positivo junto al primero, hacia el lado izquierdo de la espalda. Puedes dejar los imanes puestos en esa posición durante 15 o 20 minutos y repetir cada 2 días si ves que te alivia; aunque como siempre indico, es necesario realizar rastreo completo para detectar otras posibles alteraciones que pudieran estar relacionadas con tu malestar. 

Prevención: higiene adecuada.

La prevención de la legionelosis es fundamental para proteger la salud pública. Mantener una correcta higiene y desinfección en el instrumental y en las instalaciones hospitalarias, así como en los sistemas de agua de sitios públicos como fuentes en parques; realizar un mantenimiento adecuado de las instalaciones y equipos de refrigeración, controlar la temperatura del agua para evitar la proliferación bacteriana y realizar pruebas regulares de detección, son clave para mitigar el riesgo de brotes.



Pilar González

Profesora de Par Biomagnético en Amaris Natural

Pilar González
29 julio, 2024
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