Jabón de aceite reciclado ¿Es de uso cosmético?
Estudios de impacto medioambiental concluyen que el aceite resultante de frituras es altamente perjudicial y contaminante del suelo, afectando al humus, responsable de la fertilidad de este.
En sus conclusiones también reflejan otro dato de gran impacto para nuestro planeta. ¿Sabes cuánto contamina 1 litro de aceite usado arrojado por desagües y fregaderos? Contamina más de 1.000 litros de AGUA, pudiendo llegar hasta 40.000 litros, en el peor de los casos.
Por lo tanto, el aceite usado en los hogares tiene un efecto devastador en la flora y la fauna acuática.
Dicho esto, creo que realizar jabón con aceite usado es muy buena opción. Permite contribuir de manera eficaz a reciclar este producto altamente contaminante, al tiempo que obtenemos un producto biodegradable, consiguiendo, un beneficio económico en el ámbito familiar.
Ahora bien… ¿Para qué lo utilizarías? es decir, a qué vas a destinar el jabón obtenido.
Un jabón realizado con aceite reciclado es ideal para limpieza, podemos hacer desde el mítico “jabón de la abuela” para lavar ropa. Incluso hacer jabones sólidos o líquidos para fregar suelos, lavar platos, limpiar baños, etc…
Aunque la pregunta más habitual que me hacen va más en la línea de: ¿puedo usarlo para realizar jabón cosmético? Para ese uso mi recomendación y por tanto la respuesta es: NO.
¿Por qué? El razonamiento en el que baso mi respuesta es el siguiente: los jabones de grado cosmético poseen un porcentaje de sobreengrasado positivo, que tiene la finalidad de aportar los beneficios de esos aceites a nuestra piel, consiguiendo nutrir e hidratar en cada uso. Están pensados para cuidar y mimar la piel.
Un aceite usado fue sometido a temperaturas altas, en la mayoría de los casos no sabemos por cuántas veces, además, contiene residuos de los alimentos cocinados en ellos.
**¿Querrías nutrir tu piel con un aceite de fritura? ¿Lo usarías como aceite corporal? ¿Se lo pondrías a tu hijo después del baño?
El que puedas obtener un jabón con aceite usado no convierte ese jabón en cosmético.
Un jabón cosmético está pensado para cuidar nuestra piel, se realizan con grasas vegetales de primera calidad, están creados para que nos podamos beneficiar de todos los insaponificables presentes en los aceites. Dotan de propiedades hidratantes y nutritivas nuestras pastillas de jabón. Estas sustancias se destruyen al someter un aceite a elevadas temperaturas, por lo tanto, el aporte de vitaminas, minerales y otras sustancias beneficiosas para nuestra epidermis y la barrera hidrolipídica protectora de nuestra piel, es nulo.
Mi recomendación siempre será contraria a destinar un aceite usado con la finalidad de utilizarlo para la creación de jabón cosmético.
Después de lo expuesto, también te digo que hay situaciones o contextos donde sí lo utilizaría y recomendaría su uso.
En zonas en guerra o arrasadas por alguna catástrofe natural. En países o regiones de limitados recursos, dónde el acceso a productos de higiene personal es nulo, dónde la mortandad sea elevada, dónde exista un riesgo para la población de contraer enfermedades que se pueden prevenir con el uso de un jabón, cuando se pueda lograr minimizar riesgos de contagios y propagación de enfermedades. Ahí, tenemos la obligación ética de poner nuestro conocimiento al servicio de un bien mayor.
Si existe la mínima posibilidad de acceder a una grasa de origen animal o vegetal y a un álcali, que podemos crear partiendo de cenizas, en esa situación, se debe hacer lo necesario para cubrir esa necesidad. Adaptarnos al entorno utilizando los escasos recursos para cuidar y aportar el mayor bien a las personas. Cuidando, eso sí, que sean jabones lo más neutros posible.
En este caso un jabón es un buen preventivo de bacterias y virus, puede impedir la infección de una herida. En ese caso un jabón puede ser sinónimo de VIDA.
Y tú ¿Quieres reciclar tu aceite usado? Te comparto una fórmula de jabón sólido para limpieza.
