De “eso” yo no hablo
Eso” es un término que muchas mujeres utilizan, cuando se refieren a sus relaciones sexuales.
¿Conoces a personas que dicen: allá abajo, para referirse a sus zonas genitales?.
Mujeres que les ponen nombres infantiles para nombrar su vulva, su vagina, su ano?.
La gran cantidad de mujeres que escucho en mis reuniones de tupper-sex y también en mis talleres de sexualidad tienen mucho pudor al escuchar hablar de placer, de clítoris, de orgasmos y mucha más vergüenza si tienen que explicar lo que sienten o lo que les gustaría sentir en sus relaciones sexuales.
Si bien a partir del siglo pasado las mujeres comenzamos a hablar mas abiertamente de nuestro mundo femenino y de nuestras relaciones sexuales, todavía son muchas, las mujeres que interpretan a la sexualidad como algo “no santo”
-De “eso” yo no hablo porque…
Escuché muchas justificaciones de porque no hablaban o no querían escuchar hablar de sexualidad. “el sexo es cosa de hombres”, de “ciertas mujeres”, “hay una edad para disfrutar”.
Conversar sobre los tabúes de nuestra cultura, y como ellos modelaron nuestra vida sexual, quizá arroje un poco de luz a tanta desinformación por nuestra parte y muestre el trabajo perfectamente elaborado, por quienes nos quisieron hacer sentir, que el cuerpo de la mujer y su expresión es vergonzosa y pecaminosa.
“La sexualidad pertenece al ámbito de la intimidad, de eso no se habla”.
En el Siglo XVII comienza la represión de la sexualidad, con la burguesía. Para dominarla, se la reduce a ni siquiera nombrarla. Si algo no se nombra no existe, ¿no?
Es en este momento donde aparece el pudor, el puritanismo y la censura, en las “buenas familias''. Pero, como era necesario la descendencia entonces el mandato fue; Las “buenas mujeres” sólo tienen relaciones sexuales para tener hijos.
No es exagerado si digo que: nos quitaron el poder sobre nuestras vidas.
¿Cuánto poder tiene una mujer, o un hombre? si es dueño de su cuerpo, de sus deseos, de su placer
Nos enajenaron de nuestro cuerpo, nos enseñaron a mirar para afuera para saber cómo teníamos que actuar, qué teníamos que decir y hasta como teníamos que sentir. Nos llenaron de culpa y nos esclavizaron.
Pero en nosotras aún está el poder de la creación, la conexión con la naturaleza, la intuición, el deseo de estar más vivas que nunca y nuestra sexualidad se expresa en cada uno de nuestros dones. ¡Cada vez somos más las mujeres que vamos recuperando nuestro poder sobre nosotras mismas y vamos animándonos unas a otras!.
Un fuerte abrazo